ENTRE LETRAS Y PASIONES. Capítulo 4. En efecto, Márgaret

Márgaret sigue intrigada por Alejandro. No está segura si quiere saber quién o trabajar con él.

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     Tomo la copa con aparente tranquilidad, aunque la curiosidad me puede en estos momentos. ¿Qué pasa con este hombre? Además, tiene un porte de chulería y seguridad que me molestan un poco. ¿Juega conmigo? No estoy para juegos sino para negocios.

     ―No le veo la gracia a la situación, Alejandro. No te conozco ni te he visto en ninguno de los eventos a los que he asistido. ―Tomo un sorbo del vino, delicioso por cierto. Con los nervios quisiera tomármelo todo, pero debo guardar mi compostura―. ¿Una amiga íntima podría ser? ―Si él cree que me va a intimidar, aunque lo logre, no me voy a quedar callada.

     

     El rostro del empresario no cambia ni se contrae. Mis palabras no han logrado dar en el blanco. Me quedo en silencio, esperando que él responda o continúe y me dé claridad hacia dónde va esta negociación.

     ―En efecto, Márgaret. A cada segundo me sorprendes más. Por eso, me ha interesado escuchar tu oferta para nuestra negociación. Espero por ti.

     Con esas palabras corta toda posibilidad para que pueda seguir indagando. Sus palabras, lejos de sorprenderme, me molestan bastante. ¡Será estúpido y creído! Guardo silencio por unos segundos y mi discurso cambia radicalmente, todo apuntando a que sea él quien diga que no a la negociación.


Dayana Rosas

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