Era 1973, cuando ocurrió un fascinante y extraño evento. Durante uno de los conciertos de Led Zeppelin, una paloma voló sobre la audiencia y aterrizó directamente en la mano de Robert Plant. Este extraordinario momento, un símbolo de paz y armonía, ha permanecido grabado en la memoria de muchos fans y ha ayudado a consolidar la leyenda de la banda.

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