Si observa que su mascota presenta mal aliento persistente o babeo excesivo, bebe o orina en cantidades anormales, experimenta cambios en su apetito acompañados de pérdida o aumento de peso, muestra una disminución en su nivel de actividad o tiene dificultades para moverse, como rigidez al subir escaleras, es importante prestar atención. Además, si su mascota duerme más de lo habitual, exhibe comportamientos inusuales o cambios de actitud, tose, estornuda, o jadea de manera excesiva, muestra signos de problemas cutáneos como piel seca, picazón, llagas, bultos o sacudidas de la cabeza, experimenta malestares digestivos recurrentes o cambios en sus movimientos intestinales, tiene los ojos secos, rojos o nublados, es crucial contactar de inmediato a su veterinario.